Hablamos con Jordi Jubany, autor de «¿Hiperconectados? Educarnos en un mundo digital»
25 de mayo de 2017

¿Cómo recomendarías a las familias gestionar la privacidad de uso de internet a sus hijos? ¿Dónde podemos encontrar el límite de horas de consumo de pantalla?

Me gustaría no estigmatizar a los jóvenes. Si nos fijamos en el tiempo que los adultos utilizamos las tecnologías son muy altos, más aún en el ámbito laboral. Estamos digitalizando muchas actividades habituales, como comunicarnos, leer, escribir, jugar … porque nos aportan algún valor. Muchas de estas actividades que forman parte de la vida cotidiana hoy pasan por el móvil. Además hay un gran componente relacional y emocional en los usos de los nuevos medios sociales. Lo que tenemos que evitar es que los supuestos nativos se conviertan en huérfanos digitales porque no tienen quién les acompañe para construir criterio y no sepan a quién pedir ayuda cuando surjan situaciones en las que no saben cómo deben actuar.

 

Dentro de las familias coexisten diferentes niveles de digitalización, siendo mayoritariamente los padres los que tienen más dificultades. ¿Que podemos recomendar a las familias con estas situaciones?

El barómetro del CIS del 2016 ya indica la alta preocupación por parte de las familias respeto a la educación y las nuevas tecnologías. Los adultos no fuimos educados en este entorno tecnológico, por eso no tenemos referentes y a menudo estamos desorientados en el que hay que hacer.

«Debemos conocer cómo funcionan y aprender cómo es mejor utilizarlas en nuestro contexto. No podemos aprenderlo todo pero todos tenemos capacidad para aprender y no sumar la brecha digital a las ya existentes. Debemos construir criterios críticos, generar hábitos saludables y usos responsables tanto para pequeños como para adultos.»

 

¿El uso de tecnología en las escuelas crees que es el correcto?

En los centros educativos los docentes desarrollan las competencias digitales del alumnado para educar las potencialidades que las nuevas tecnologías pueden aportar en el aprendizaje social y personalizado. Nunca como hasta el momento actual había sido tan fácil adaptar los aprendizajes a cada uno y aprender en grupo con personas de todo el mundo. También se están formando en las competencias digitales de los docentes.

 

¿Cómo puede ayudar la escuela y los profesores a una mejora de la comunicación digital?

Las TIC nos facilitan el acceso a contenidos, pero también la construcción de conocimiento y la divulgación, gracias a la creatividad, la participación y la comunicación. Asimismo, se tiene que trabajar la creación de la identidad digital con la gestión de la privacidad, la seguridad y el ser crítico para poder afrontar situaciones a las que estamos expuestas como el ciberbullying, el sexting o el fenómeno de la ballena azul.

 

Recientemente has publicado el libro «¿Hiperconectados? Educarnos en un mundo digital «. ¿A quién va dirigido el libro y que podemos encontrar en sus páginas?

Justamente «¿Hiperconectados? Educarnos en un mundo digital » va dirigido a todos nosotros porque todos tenemos que aprender a convivir en un entorno digital y la mejor forma es hacerlo intergeneracionalmente. En el momento actual pienso que necesitamos una reflexión sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos con las nuevas tecnologías porque hemos ido muy rápido a incorporarlas sin detenernos a valorar todos sus efectos.

«A través de distintos personajes aprenderemos cómo podemos aprovechar las nuevas tecnologías y cómo las podemos gestionar en el ámbito familiar. Incluye ideas, recomendaciones y recursos para navegar sin naufragar.»

 

 

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